sábado, 2 de marzo de 2013

Tecnociencia en acción

LA TECNOCIENCIA EN ACCIÓN

La investigación tecnocientífica se ocupa, cada vez más, de procesos provocados y controlados en los laboratorios por el mismo investigador como efectos reproducibles de construcciones que, a su vez, son resultados tecnológicos de producción científica, tales como generadores eléctricos y radioactivos, aceleradores de partículas, láseres o recombinados de ADN.



 Procedimientos tecnológicos y tratamiento teórico están estrechamente entrelazados en la investigación y el desarrollo tecnocientíficos de laboratorio, que se basan, característicamente, en la construcción experimental, en la descomposición y aislamiento de elementos y en la manipulación, reemplazo y

recombinación, con el fin de reproducir a voluntad y controlar completamente los procesos deseados mediante la eliminación de perturbaciones en las disposiciones experimentales.

Así, el análisis y sistematización teórica de las propiedades físicas de los materiales en términos de átomos, partículas elementales y estructuras atómicas se entrelaza con la física atómica experimental en lo que son las tecnologías nucleares, de la misma forma que, en química, las teorización de las propiedades químicas en términos de estructuras moleculares es inseparable y está al servicio de tecnologías de síntesis química.





Las disciplinas de la física y de la química contemporáneas no son fundamentalmente otra cosa que nuevas tecnologías, es decir, tecnociencias.
Desde principios de siglo la metodología y las teorías físico-químicas se van transfiriendo al campo de la investigación biológica, donde se quiere encontrar, detrás de la diversidad de los logros y capacidades operativas de la nueva biología tecnocientífica, los últimos componentes que -al igual que los átomos en la física- puedan presentarse teóricamente como los responsables de las propiedades orgánicas.
De esta forma se llegan a descubrir los genes y las estructuras genéticas y se desarrolla la biología molecular, con la consiguiente avalancha de las nuevas biotecnologías y la ingeniería genética.

Como dice el famoso físico von Weizsacker, una ley natural “es, cada vez más, una descripción de la posibilidad y del resultado de experimentos—una ley de nuestra habilidad para producir fenómenos”. Las regularidades investigadas de forma experimental y controladas cuantitativamente, se provocan, mantienen y reproducen tecnológicamente y cada procedimiento e instrumento de medida es, en definitiva, un producto tecnológico.
Las elaboraciones teóricas más abstractas de los diversos resultados de la investigación se extrapolan para interpretar procesos naturales, cósmicos o sociales al margen de cualquier control experimental del investigador.
La capacidad de dominio tecnológico se sublima, en último extremo, como explicación teórica de la naturaleza y del cosmos.
Las extrapolaciones teóricas recurren, como justificación, a las leyes científicas,
que el investigador, presuntamente, descubre en su búsqueda de la verdad.

Estas, constatadas en las disposiciones experimentales, rigen para cualquier otro dominio sin limitaciones temporales.


El discurso legalista en la ciencia es el resultado y origen de trascendentales mistificaciones, a las que han sucumbido grandes científicos,como el propio

Einstein.
“¿Pero cuál puede ser el interés de llegar a conocer una porción de la naturaleza
tan pequeña en forma exhaustiva, mientras se deja de lado, con cautela y timidez, todo lo que implique mayor sutileza y complejidad? ¿El producto de tales esfuerzos modestos puede recibir la orgullosa denominación de teoría del universo?
Mediante esas leyes sería posible llegar a la descripción o sea, la teoría de todo proceso natural incluyendo la vida a través de la pura deducción, si ese proceso de deducción no estuviera más allá de la capacidad del intelecto humano.

La tarea fundamental del físico consiste en llegar hasta esas leyes elementales y universales que permiten construir el cosmos mediante pura deducción.”
A la interpretación legalista de la tecnociencia subyace, entre otras cosas, la
concepción estándar tradicional, que la concibe fundamentalmente como teorías.
En los actuales Estudios de Ciencia y Tecnología la ciencia se muestra, por el contrario, como una práctica, la práctica del entramado de la producción tecnológica y teórica.




Pues, mientras que la ciencia antigua es predominantemente teórica y se centra en la teorización de desarrollos técnicos precientíficos de tipo artesanal, la ciencia moderna desarrolla una producción propia de tecnologías, que, junto con los resultados de la técnica paracientífica de los ingenieros, será el objeto de la teorización científica. La ciencia se constituye, así pues, en el modo teórico del desarrollo del saber tecnológico.


 La interacción entre teorización y producción tecnológica en el seno de la

investigación tecnocientífica, da lugar a las nuevas tecnologías, es decir, tecnologías desarrolladas o perfeccionadas con la ayuda de procedimientos teóricos.

La relevancia operativa de la ciencia no reside en sus productos teóricos, sino en su producción tecnológica. De la ciencia no se aplican sus teorías, como quieren hacer creer algunos filósofos de la ciencia, sino directamente sus tecnologías o sea, el saber operativo, las capacidades y los artefactos tecnológicos desarrollados y teorizados en la investigación científica.

La clave del éxito tecnológico de la ciencia reside en que las teorías científicas teorizan, precisamente, técnicas exitosas. La verdad de la representación teórica
corresponde a la efectividad operativa.

El desarrollo tecnocientífico de la investigación tiende a expandirse a todos los

ámbitos de producción de saber. La producción tecnológica resultante lleva el sello de la asimilación tecnocientífica, pues en el proceso de tecnocientificación no sólo se transfieren los modos de producción tecnológica sino que el dominio asimilado es, a su vez, objeto de teorización en el marco tecnocientífico.

Es decir, junto con la transferencia tecnológica de los procedimientos e instrumentos de producción tecnocientífica se da una extrapolación teórica o teorización del dominio asimilado en el marco teórico de la tecnociencia dominante.



Los nuevos procedimientos tecnológicos llevan consigo nuevos tratamientos teóricos y juntos dan lugar a nuevas tecnologías, como es el caso de la biología molecular y la ingeniería genética.


Extrapolaciones teóricas ocurren asimismo entre campos diversos dentro de un



mismo dominio, dando origen a  superteorías científicas que integran y articulan
teorizaciones de nivel inferior.

Una determinada superteoría puede llegar a ser
prepotente y constituir un proceso de expansión teórica, como en el caso de la mecánica newtoniana.

Dicha expansión teórica escolta, de forma más o menos manifiesta,
procesos de transferencias metodológicas y tecnológicas. En este contexto juegan un papel determinadas superteorías que sirven para justificar la asimilación en cuestión y lograr una aceptación social de la nueva
producción tecnológica frente a posibles resistencias.

Este tipo de construcciones teóricas, más que un carácter propiamente científico, constituyen extrapolaciones y superteorías filosóficas, dado que no representan ni articulan contenidos tecnológicos, ni tampoco se derivan de ellas tecnologías específicas, a no ser técnicas retóricas destinadas a cambiar la conciencia social.
Sin embargo, al basarse en la supuesta valideuniversal de determinadas teorías científicas, que presuntamente autorizaría cualquier extrapolación teórica o transferencia tecnológica, las legitimaciones superteóricas del desarrollo y de la aplicación de nuevas tecnologías están invirtiendo exactamente los términos.


La innovación tecnológica es el contexto del cambio científico teórico. Ahora bien, si las teorías científicas resultan de la teorización de realizaciones tecnológicas entonces difícilmente pueden constituirse en la legitimación de estas últimas.
REFERENCIAS:

Medina M.1985. De la techne a la tecnología. Valencia: Tirant lo Blanc.
Medina M.1992 “Nuevas tecnologías, evaluación de la innovación tecnológica y gestión de riesgos”, en Sanmartín, J./Medina, M. (eds.) Estudios sobre sociedad y tecnología. 
Barcelona: Anthropos.
Tecnociencia, Universidad de Barcelona, Manuel medina

2 comentarios:

  1. “es, cada vez más, una descripción de la posibilidad y del resultado de experimentos—una ley de nuestra habilidad para producir fenómenos”. Esto es muy cierto.
    El ser humano no sabe hasta cuando parar, la selección de imágenes que hicieron quedo perfecta, a las personas ya no les importa que pueden llegar a destruir y se excusan con el "es por el ser humano y su evolución" están atentando contra las personas, los animales y y la naturaleza, solo para avanzar en la tecnología, sin embargo al final, nos quedaremos sin hogar, puesto que nos acabamos poco a poco al planeta destruyendo con todo lo que hay en nuestro paso, matando y contaminando a los animales, y con las guerras que no solo atentan con las cosas sino también con el ser humano, con la vida. Por: Sara C. A

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  2. En mi opinion es un conflicto grave para la persona comun, pues somos los ultimos en enterarnos.Los dueños de la tecnologia ocultan muchas veces los resultados de sus investigaciones sin importar las repercusiones que se tengan, un ejemplo muy claro es el del los transgenicos. En algunas investigaciones independientes, ajenas a las compañias responsables, muestran que el consumo de transgenicos en ratas de laboratorio causa tumores, enfermedades, etc., con unos meses de consumo (http://prineticiencia1.blogspot.mx/2013/03/falta-de-etica-maiz-transgenico-en.html), lo cual ellos no muestran en sus estudios.
    Azael Valadez, Maria Sanchez

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